DÉCIMOSEXTA TERTULIA DE LA AITB

Parece que fue ayer cuando en plena pandemia empezamos con las Tertulias y ya se remontan a noviembre de 2020.

Lo que empezó como una toma de contacto e intercambio entre los socios de la AITB en esos fatídicos tiempos en que la COVID planeaba sobre un mundo lleno de angustia e incertidumbre se ha convertido en una cita mensual donde fluyen los temas más diversos, interesantes e inéditos en torno al termalismo y todo lo que significa y ha significado a nivel cultural y social en el mundo.

La diversidad de los que nos reunimos en cada Tertulia está propiciando una variedad de temas que en ocasiones van más allá del termalismo, aunque siempre aparezca como una seña de identidad común, como vínculo ineludible entre los que cada mes acudimos a esta cita.

La última cita tuvo lugar el jueves 28 de abril y el tema tratado, bajo el título: “Paisaje cultural cafetero colombiano: hitos y retos una década después”, estuvo a cargo de Liliana Henao, pedagoga, administradora de empresas y hotelera y consultora gastronómica por formación y convicción. Liliana es miembro fundadora del Observatorio para la sostenibilidad de patrimonio en paisajes (OPP), de la cátedra UNESCO, de la Universidad Nacional de Manizales. Es también profesora y catedrática de la Universidad Católica y de la Universidad de Caldas. Como voluntaria ambiental y miembro de la red de mujeres comunales de Colombia participa en el diseño y gestión de un proyecto de turismo restaurativo, enmarcado en la seguridad alimentaria y el turismo comunitario en la Provincia de Occidente, en Boyacá.

 

En su presentación Liliana nos habló del proceso histórico, social y natural que ha supuesto la declaración, en 2011, del “Paisaje cultural cafetero colombiano” por parte de la UNESCO. Un paisaje situado al oeste de Colombia que se extiende por los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío, y Valle del Cauca, que supuso un reconocimiento del esfuerzo combinado del hombre y la naturaleza. Una auténtica historia de superación y supervivencia del campesinado colombiano para proveer al mundo de uno de los cafés con sabor más suave de todos los conocidos y tejer de manera cotidiana una simbiosis que es reconocida y valorada en el mundo entero.

El Eje Cafetero se ha convertido en la tercera zona más visitada del país y recibe alrededor de medio millón de visitantes anualmente. No obstante, la falta de interés de los jóvenes por trabajar en el campo y el gran envejecimiento poblacional dificulta de alguna manera la continuidad de esta actividad. Por otra parte, el cambio de uso del suelo constituye un auténtico problema ya sea por la ambición que suscita el negocio de la minería y el gran impacto que esta provoca, como el que está teniendo el cultivo masivo de aguacate, tanto por la deforestación de amplias área como por la gran cantidad de agua que precisa para su desarrollo.

Las magníficas instalaciones termales de la zona, Santa Rosa de Cabal y San Vicente, en el departamento de Caldas y Tierra Viva, El Otoño y Termales del Ruiz en el Parque Nacional Natural Los Nevados, podrían contribuir al desarrollo de experiencias termales cafeteras, que diseñadas con buen criterio vendrían a diversificar la oferta y serían un incentivo añadido para disfrutar de este paisaje cultural de una manera ecológica y sostenible.